Cómo prevenir las enfermedades de invierno más comunes
Aprender a reconocer las principales patologías de esta época es fundamental para mantenerlas alejadas de ti y tu familia.
Se acerca la estación más fría del año y, con ella, llega el peak de las enfermedades respiratorias. Si bien existen muchas, hay algunas más frecuentes que otras. Se destaca, en primer lugar, la rinofarigitis o resfriado común. Además, está la gripe, laringitis, bronquitis, neumonías, sinusitis y otitis. Dentro de las causas de estas enfermedades, lo más habitual es que sean provocadas por virus.
¿Cómo reconocerlas?
El profesional indica que la rinofaringitis, en general, se presenta con tos y congestión nasal, además puede estar acompañada de dolor de cabeza, garganta, muscular y fiebre. La gripe es un resfriado muy intenso con mucha fiebre y dolor de cuerpo. A su vez, la laringitis se manifiesta con disfonía y tos.
Los pacientes con bronquitis tienen tos, ruidos bronquiales y grados diferentes de ahogo (disnea). La neumonía es más febril, con dolor del tórax, tos, ahogo y mayor compromiso del estado general.
En el caso de la sinusitis, provoca dolor en la cara y una sensación de “olor a podrido”, además de fiebre y cefalea. Por su parte, la otitis se inicia con dolor de oído, luego la persona comienza a escuchar menos y se produce una secreción de material purulento por el conducto auditivo.
¿Existen hábitos que puedan ayudar a prevenir estas enfermedades?
En general, las recomendaciones son las siguientes:
- Usar mascarilla
- Tratar de no concurrir a lugares con aglomeraciones
- Evitar el frío intenso, abrigándose de manera adecuada
- Lavarse las manos con regularidad
- Estornudar o toser en el antebrazo
- Ventilar las habitaciones
- Usar pañuelos desechables y botarlos
- Vacunarse contra la influenza y el COVID-19 según lo indicado por el Ministerio de Salud
De la misma manera, es importante mantener una buena inmunidad, lo que considera alimentarse de forma balanceada (consumir frutas, verduras, granos, proteínas y lácteos), realizar actividad física (por lo menos 3 veces a la semana), descansar y dormir las horas adecuadas.