2021 Noviembre

¿Cuáles son las consecuencias de una tiroides poco activa?

Es un trastorno común, que puede causar una variedad de síntomas como cansancio, sensación de frío y aumento de peso. Infórmate más en esta nota.

Se conoce también como hipotiroidismo y se produce cuando la glándula de la tiroides disminuye su función y no produce las hormonas suficientes. Éstas participan en la síntesis de energía biológica útil para realizar las actividades normales. Al reducir su actividad, el organismo se enlentece; disminuye el ritmo del corazón, el tubo digestivo, el metabolismo de la piel y el cerebro. Se presentan trastornos del sueño, el paciente no puede concentrarse correctamente, pierde el ánimo y puede llegar a deprimirse.

Esta condición es más frecuente en mujeres que en hombres. Se presenta en adolescentes y jóvenes y aparece con mayor frecuencia en mujeres entre los 40 y 60 años de edad. La probabilidad de desarrollarla aumenta si otros miembros de la familia tienen enfermedades de la tiroides o autoinmunes como diabetes del tipo 1, gastritis autoinmune y enfermedad celíaca.

Esta patología es difícil de detectar, ya que los síntomas son leves o se confunden con los signos típicos del envejecimiento. Dentro de estos, se encuentran el estreñimiento, piel seca, fatiga, pérdida de cabello, uñas quebradizas, menstruación irregular o abundante, intolerancia al frío, aumento de peso leve e imposibilidad de bajarlo y dificultad para concentrarse o pensar. Cuando el profesional sospecha que el/la paciente tiene la enfermedad, debe indicar exámenes sanguíneos como el perfil tiroideo, que se compone de la hormona tiroestimulante de la tiroides o TSH, de la hormona T4 total, la hormona T4 libre y la hormona T3.

Bajar de peso

Es difícil perder peso con esta condición, ya que las hormonas tiroideas disminuyen y hacen que el metabolismo acumule grasa, por lo que el paciente está en un proceso de aumento de peso constante.

Sin embargo, para lograr este objetivo, se aconseja en primera instancia llevar a cabo una dieta bajo la supervisión de un(a) nutricionista que calculará los nutrientes necesarios para el paciente de acuerdo a la edad, sexo y actividad física que realiza. Además, se importante destacar que los ejercicios deben ser recomendados por un especialista.

En caso de que se lleve el régimen de dieta y ejercicios, y el descenso del peso se detiene y estabiliza, una de las causas posibles es que la persona tenga una tiroides poco activa y por tanto, pueda ser necesario recetar medicamentos.

De la misma manera, es fundamental tener presente que se deben evitar alimentos que inhiben la función tiroidea como aquellos que afectan la absorción correcta de yodo: kale, rábanos, bruselas, brócoli, maíz, aceite de canola, entre otros. Tampoco se recomienda el consumo de aquellos que aumentan la excreción de la hormona tiroxina: harina de soja, aceites de girasol, maní, nueces, etc.